SEMANA SANTA: ENTRE LA FE, LA TRADICIÓN Y LA REFLEXIÓN ESPIRITUAL
- Roberto Quintero
- hace 2 días
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Cada año, millones de personas en México y el mundo detienen sus actividades cotidianas para conmemorar uno de los momentos más significativos del calendario católico: la Semana Santa. Esta celebración de ocho días, que recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, va más allá de los actos litúrgicos, abarcando también profundas tradiciones culturales y espirituales que han perdurado a lo largo del tiempo.
Aunque las prácticas religiosas oficiales están regidas por el Derecho Canónico —que obliga a los fieles a ayunar y abstenerse de carne los viernes de Cuaresma, en especial el Viernes Santo y el Miércoles de Ceniza—, la cultura popular ha generado una serie de reglas no escritas, mitos y costumbres que aún se respetan como actos simbólicos de penitencia y devoción.
Creencias populares: ¿Qué no se debe hacer en Semana Santa?
Muchas de las prácticas que se evitan durante esta época no están oficialmente prohibidas por la Iglesia, pero se han mantenido como parte del imaginario colectivo y del respeto hacia el sacrificio de Cristo. Entre ellas destacan:
No comer carne roja, especialmente el Viernes Santo.
No consumir bebidas alcohólicas.
Evitar relaciones sexuales.
No irse de vacaciones o evitar actividades recreativas.
No jugar, reír en exceso o hacer fiestas.
Evitar escuchar música a alto volumen.
No vestir ropa roja, asociada simbólicamente con la sangre de Jesús.
Abstenerse de bañarse en ríos o mares.
No limpiar la casa de forma excesiva.
Evitar clavar clavos, por su vínculo simbólico con la crucifixión.
No mirarse en espejos, como acto de humildad.
No caminar descalzo sin una intención espiritual.
Aunque estas restricciones tienen un origen más cultural que doctrinal, su permanencia demuestra el valor simbólico que tienen para muchas familias, como una forma de vivir la Semana Santa con recogimiento, respeto y reflexión.
Vivir la Semana Santa desde casa
Para quienes no pueden participar en las celebraciones religiosas presenciales, la Iglesia Católica recuerda que también es posible conmemorar estos días en el hogar, mediante la lectura de las Escrituras, especialmente los pasajes del Evangelio que relatan la Última Cena, el viacrucis y la crucifixión.
Un momento clave dentro de la Semana Santa es la hora nona, que corresponde a las 3:00 de la tarde, considerada la hora en que Jesús entregó su espíritu. Este momento ha sido adoptado por la devoción de la Divina Misericordia como “la hora de la misericordia”, un espacio ideal para la oración y el recogimiento.
Más allá de las prohibiciones: un llamado a la renovación
Más que enfocarse en lo que no se debe hacer, la Semana Santa representa un llamado a la meditación, al silencio interior y a la renovación de la fe. En un mundo cada vez más acelerado, esta conmemoración ofrece una pausa necesaria para reflexionar sobre el sacrificio, la esperanza y el amor al prójimo.
Desde las iglesias hasta los hogares, la Semana Santa sigue siendo un tiempo sagrado para millones de personas que buscan reconectar con su espiritualidad y encontrar consuelo en la historia que marcó un antes y un después en la tradición cristiana.
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