LEYENDAS DE SONORA…LOS TESOROS PIRATAS DE GUAYMAS
- Roberto Quintero
- 29 may 2023
- 2 Min. de lectura

Cuenta la leyenda que, en la época dorada de los barcos, los piratas llegaban al puerto de Guaymas, Sonora, a guardar sus tesoros dentro de cuevas en las alturas de los cerros.
Una de las historias más contadas por la gente de este puerto es la de una de las familias más poderosas de la ciudad, que hizo su riqueza gracias a que encontraron un cofre lleno de oro.
Se cuenta que un padre y su hijo salieron de excursión por los cerros de la ciudad, ya que la caminata era uno de sus pasatiempos favoritos. Al llegar a lo más alto de un cerro, observaron un resplandor como de fuego. Primero pensaron que era un incendio, pero se dieron cuenta de que era algo diferente. Como el resplandor pasó pronto, no le dieron mayor importancia y siguieron su recorrido.
Al llegar de la caminata, el muchachito le contó a su abuela lo que había pasado, a lo que ella inmediatamente contestó:
—No lo puedo creer, ¡es una señal! Córranle para allá. Alguien que ya no está entre los vivos quiere darte la ubicación de algo preciado para él. No le digas a nadie y vayan al lugar de donde salió la luz.
Padre e hijo le hicieron caso a la señora y fueron nuevamente al lugar donde habían visto la llama, pero esta vez iban preparados con herramientas para excavar.
Cavaron toda la tarde hasta que el sol se metió. Ya estaban cansados y algo frustrados porque no encontraron nada. Justo cuando estaban por retirarse, una llama apareció a algunos metros delante de ellos. Emocionados, comenzaron a buscar ahí y encontraron un cofre que parecía pertenecerle a algún pirata, ya que dentro tenía joyas preciosas y oro cubierto de sal.
Como estas historias hay muchas en este pequeño puerto, y en la actualidad muchas personas tienen como pasatiempo buscar tesoros escondidos en los alrededores, esperando tener suerte de encontrar alguna señal que les diga dónde buscar un tesoro.
La familia vivió feliz y millonaria durante muchos años, pero no hay tesoro sin maldición. Se dice que cada vez que uno de los miembros de esa familia muere, su alma pena por toda la eternidad con un único deber: ¡cuidar los demás cofres que siguen enterrados!
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