Una nueva entrega de la serie Leyendas de Sonora nos lleva, nuevamente hasta el Pueblo Mágico de Álamos, con una historia romántica, pero a la vez terrorífica, encierra La Casa de las Delicias.
Se dice que, en este sitio, por ahí del año 1800, una joven de familia adinerada se enamoró de un humilde jardinero.
Los habitantes del pueblo mágico cuentan que los padres de Beatriz, la joven enamorada, se opusieron rotundamente a la relación, pero a ella no le importó y decidió casarse con el sirviente.
Cada noche, Beatriz salía de su habitación en el segundo piso de aquella casa, bajaba a la cocina y, por la puerta de servicio, escapaba al panteón que se localiza frente a la mansión. Ahí, a escondidas, se veía con su enamorado.
Un día decidió casarse. Cuando llegó la fecha de la boda secreta, los padres de la doncella… ¡mandaron matar al amor de su vida! Entonces Beatriz, vestida de novia, tomó la decisión de colgarse del balcón de su propia habitación.
El amor de la pareja traspasó la vida y la muerte, o por lo menos eso dicen los habitantes de Álamos, quienes han visto el espíritu de Beatriz salir de su habitación, cruzar la calle hasta llegar al panteón, y ahí encontrarse con su amado.
Un joven que se dedica a hacer recorridos turísticos aseguró que en uno de los viajes vio al fantasma de Beatriz con el vestido de novia.
—Llevé a unos estudiantes de la Unison (Universidad de Sonora) —cuenta el joven— cuando vimos que, en medio del patio y parada junto a la fuente, apareció Beatriz y empezó a rodar. Pensé que había visto mal, porque nadie se asustó. Me volví a fijar porque creí que a lo mejor era un perro o una bolsa de plástico. Entonces volvió a aparecer, pero ahora sí todos la miraron, lloraron y gritaron. De inmediato salimos corriendo ahí.
Han pasado más de doscientos años y a Beatriz, vestida de novia, aún se le ve salir de La Casa de las Delicias, que está ubicada en las calles José Guadalupe Posadas y Delicias número 16. Hay que tener mucho cuidado, porque la pareja logró la felicidad eterna al estar juntos, pero esto no quiere decir que, si tú mueres junto al amor de tu vida en esta casona, te va a ocurrir lo mismo.
Comentarios