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LA CUARESMA: UN TIEMPO DE PREPARACIÓN Y REFLEXIÓN

Foto del escritor: Roberto QuinteroRoberto Quintero



La Cuaresma está por comenzar, marcando un periodo de reflexión y preparación espiritual para los católicos de todo el mundo. Según el portal DesdeLaFe.mx, existen pasos clave para estar listos antes del inicio de este tiempo litúrgico.

 

De acuerdo con el calendario de este año, el Miércoles de Ceniza, que señala el comienzo de la Cuaresma, se celebrará el 5 de marzo. Para vivir plenamente este periodo de penitencia y renovación, es fundamental contar con un plan bien estructurado. La Iglesia propone tres pilares esenciales para la preparación cuaresmal: oración, ayuno y limosna.

 

La importancia de la oración en la Cuaresma

La oración es fundamental en este tiempo, ya que fortalece la relación con Dios y prepara el corazón para la Pascua. DesdeLaFe.mx recomienda establecer un horario fijo para la oración diaria, evitando improvisaciones que puedan afectar la constancia.

 

Comprometerse con la oración no significa asumir cargas imposibles de cumplir. Se sugiere comenzar con al menos quince minutos al día, dedicados a la meditación, la lectura de la Biblia o el rezo del Rosario. La clave es la disciplina y la apertura a la presencia de Dios en la vida cotidiana.

 

El ayuno: Más allá de la abstinencia

El ayuno es una de las prácticas más representativas de la Cuaresma, aunque a menudo es malinterpretado. No se trata solo de renunciar a placeres como las redes sociales o el entretenimiento, sino de una privación alimenticia concreta que ayude a fortalecer la voluntad y la vida espiritual.

 

Según la Iglesia, los católicos entre 18 y 59 años deben ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, lo que implica realizar una única comida completa y dos pequeñas que, en conjunto, no superen la cantidad de alimento de la principal. Además, los viernes de Cuaresma se recomienda abstenerse de comer carne, salvo en casos de excepción como enfermedad o embarazo.

 

La limosna como acto de generosidad

Finalmente, la limosna es una expresión concreta de la caridad cristiana. Durante la Cuaresma, se anima a los fieles a compartir con los más necesitados mediante donaciones, voluntariado o gestos de ayuda cotidiana.

 

Este tiempo litúrgico es una oportunidad para reflexionar sobre la administración de los bienes materiales y cómo contribuir a aliviar las necesidades de los demás. La limosna no solo implica dar dinero, sino también dedicar tiempo y atención a quienes requieren apoyo emocional o espiritual.

 

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