Hermosillo, Sonora.-
La severa sequía que afecta a Sonora ha obligado a los ganaderos del estado a intensificar la exportación de ganado como estrategia para evitar la mortandad y mitigar las pérdidas económicas.
Juan Ochoa Valenzuela, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), destacó que el sector enfrenta una situación crítica debido al incremento en los costos de producción y la falta de agua en los agostaderos, lo que ha llevado a una significativa reducción en el hato ganadero.
Exportación récord
A pesar de las adversidades, el ciclo de exportación cerró con una cifra récord, al pasar de 352 mil a 408 mil cabezas de ganado enviadas al mercado estadounidense. Esta cifra refleja el esfuerzo de los ganaderos por aprovechar los precios internacionales, que actualmente son rentables.
"Estamos exportando más, pero no porque nos vaya bien, sino porque no tenemos otra opción", señaló Ochoa Valenzuela, lamentando que la sequía obliga a los productores a reducir su inventario para mantener la actividad ganadera en pie.
Impacto en el hato ganadero
El presidente de la UGRS alertó sobre el drástico descenso del hato ganadero en Sonora. En 2018, se contaba con 1.2 millones de cabezas, pero actualmente la cifra ha disminuido a 700 mil, y el panorama podría empeorar si las condiciones de sequía persisten.
Llamado al gobierno
Ochoa Valenzuela subrayó la urgencia de que tanto el Gobierno Estatal como el Federal implementen medidas de apoyo inmediato al sector ganadero para enfrentar la crisis hídrica. Entre las propuestas se encuentra el impulso de programas de abastecimiento de agua, subsidios para insumos y estrategias de reforestación de agostaderos.
"La falta de lluvias está golpeando fuerte. Si no actuamos ahora, el impacto será irreparable para el sector, que es clave en la economía de Sonora", enfatizó.
Sector en riesgo
La ganadería sonorense, reconocida por su calidad y peso en el mercado nacional e internacional, enfrenta uno de sus mayores retos en décadas. Sin acciones concretas para garantizar la sostenibilidad del sector, no solo los ganaderos sufrirán las consecuencias, sino también la economía local y los empleos que dependen de esta actividad esencial.
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